Una de las remodelaciones más bonitas que he visto en España, es la que llevaron a cabo un director creativo y su amigo arquitecto, con una iglesia renacentista que transformaron en una bellísima vivienda. Me gustó tanto el resultado que quiero mostrarles aquí toda su historia.

“Carlos, ¡me he comprado una iglesia!”. Con esas palabras Tas Careaga inició la conversación telefónica con su amigo, el arquitecto Carlos Garmendia, del Estudio Garmendia Cordero Arquitectos, quienes se hicieron cargo del proyecto de transformar una abandonada iglesia renacentista en una vivienda.

Tas Careaga, es un director creativo nacido en Caracas y criado en Bilbao, que quería un lugar especial para construir un espacio para la recreación. En su búsqueda se encontró con un aviso que rezaba: “Se vende terreno con edificio en ruinas”. Su curiosidad lo llevó a Sopuerta, donde comprobó que la citada edificación era una iglesia del siglo XVI, abandonada por los últimos cuarenta años, sin techo, con desperdicios en su interior de 3 metros de alto que impedían la entrada, y en un estado preocupante de inestabilidad estructural.

Ambos amigos estuvieron de acuerdo que, los muros que por quinientos años se mantuvieron en pie, valían la pena para edificar un espacio único, donde Tas pudiera desplegar toda su imaginación e ingenio, preservando la historia del lugar de culto.

Fue cuando se decidió que se mantendría, lo nuevo como nuevo y la antiguo en su estructura original, siempre que su estado lo permitiera, pues la idea era intervenir lo menos posible sobre la iglesia, a menos que no existiera otra alternativa. El proyecto estaba concesivo para, crear una vivienda como elemento ajeno dentro de la ruina. Esta pequeña iglesia, un poco más que una ermita, fue construida durante la segunda mitad del siglo XVI y sufrió una importante remodelación en términos neoclásicos a finales del siglo XVIII, aumentando su altura y añadiendo, entre otras cosas, un campanario y un abrevadero.

La estructura ubicada en el barrio de Las Barrietas, dentro del municipio de Sopuerta, en el País Vasco, tiene una posición privilegiada dentro de un solar rodeado de montañas y de exuberante vegetación.

Esta vivienda ecléctica fue concebida como un espacio abierto, visualizando al hogar como lugar de encuentro, donde se da la oportunidad de socialización de la arquitectura habitacional. La transformación que duró más de tres años le ha aportado un nuevo valor al edificio, amalgamando el pasado con el presente, para transformarlo en un hogar. Hogar que su propietario quiere ofrecer en el futuro como un espacio social donde realizar eventos gastronómicos o retiros de yoga, o hasta donde lo lleve su imaginación.

Fuente y fotos: https://www.garmendiacordero.com/proyecto/la-iglesia-tas-sopuerta/