Una joya arquitectónica entré la arquitectura de Barcelona
Desde que vivo en Barcelona, me he maravillado de la cantidad de construcciones firmadas por el genio de Gaudí. Caminando por sus calles puedes admirar que este arquitecto catalán, dejó parte de su creatividad en muchas terrazas de la ciudad, que se mezclan con la arquitectura de catedrales, iglesias y edificios modernos. En uno de esos paseos, me encontré este Palacio, ubicado en pleno centro de la ciudad condal y diseñado para el Conde Güell. Para mí fue tan impresionante la visita que quise conocer más sobre su historia y sobre esa relación entre Gaudí y su principal mecenas.
Cuando el conde de Güell visitó la Exposición Universal de París en 1878, quedó maravillado con la vitrina para la Guantería Comella, realizada por Antoni Gaudí. Desde ese momento se inició una fructífera relación profesional que derivó en una larga amistad, y fue una ganancia para la cultura universal.
Güell fue el principal financista del conocido arquitecto, y gracias a su patrocinio hoy gozamos con maravillosas obras arquitectónicas de fama internacional. Una de ellas es El Palau Güell, esta residencia fue uno de los primeros encargos de importancia que recibió Gaudí. Este palacio urbano era la ampliación de la casa familiar ubicada en la Rambla de Barcelona.
Su construcción comenzó 1886, y albergó a la familia Güell-López hasta que se trasladó al Park Güell en 1906. Inaugurado en 1888 durante la Exposición Universal, recibió la visita de grandes personalidades como reyes o presidentes de la época.
Este edificio contiene la esencia de la futura obra de Gaudí, donde destaca una novedosa distribución del espacio y la utilización de la luz, adaptado a la tendencia modernismo catalán de la época. Se puede apreciar la imaginativa forma de utilizar los materiales nobles como piedra, madera, hierro forjado, cerámica, vidrio, entre otros.
Diseñado en la tradición de las grandes casas señoriales catalanas, el Palau Güell se destaca por un marcado gusto oriental, que emulan el arte árabe, bizantina o mudéjar, reflejados en la decoración con azulejos cerámicos, en los arcos mitrales y los remates en forma de cúpula. Por lo cual, este edificio forma parte de la etapa orientalista del arquitecto catalán (1883-1888).
Concebido por Gaudí para que cumpliera todos los requerimientos domésticos de la familia, e igualmente las necesidades de la intensa vida social y cultural que acogería. Para ello, el vestíbulo de la planta baja conecta de forma óptima con las diversas partes del edificio.
Del vestíbulo del entresuelo parte la escalera de honor, que da acceso a la planta noble, organizada alrededor de un gran recibidor central, que tiene una altura de tres plantas. Este recibidor es el núcleo central del edificio, al estar rodeado por las principales estancias del palacio.
Como corolario del edificio está la terraza de cuatro niveles, con 14 chimeneas, cuatro lunetas con forma de cáscara, los tragaluces y la linterna correspondiente a la cúpula central. Gaudí comenzó en este edificio a dar un carácter decorativo a las chimeneas, algunas construidas en ladrillo y recubiertas de cerámica, vidrio, mármol o porcelana, con variados diseños de vivos colores.
Declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1984, es un lugar imprescindible en la lista de puntos históricos, turísticos y arquitectónicos que visitar y disfrutar en Barcelona.