Con la modestia y la sencillez de quién ha trabajado toda su vida por un sueldo, Néstor Sanmiguel Diest, habla de su obra como artista. El hombre que no tuvo una formación formal en arte, pero que aprendió el oficio a la antigua, como pupilo de su tío, y pintando escenarios para obras de teatro, admite resquemores ante una exposición de estas dimensiones. Pero desde su taller de arte en Aranda del Duero, Burgos, su obra se deja escuchar con fuerza en el circuito de arte.

Definido así mismo como una artista de taller, Sanmiguel Diest trabajada sin prisas, pero sin pausas, por lo cual en sus más de tres décadas de carrera ha logrado alcanzar una extensa producción artística. Esta exposición retrospectiva, llamada La peripecia del autómata, y comisariada por Beatriz Herráez, despliega en el Palacio de Velázquez del Parque del Retiro, alrededor de 130 obras del artista. Esta muestra, en conjunto con otra que se abrirá en el Museo de Arte Contemporáneo del País Vasco-Artium Museoa, forman un gran proyecto integrado sobre este artista nacido en Zaragoza, hace 73 años.

Con una obra original logra entremezclar imágenes, signos, escritos, gráficos, entremezclados, superpuestos, alejados de la rigidez, pero que juntas dibujan el mapa de una trayectoria rica en experiencias, que se define como un camino particular y personal. 

Sanmiguel Diest es el epítome de la reinvención, pues después de trabajar como patronista durante décadas en una fábrica textil, a sus 50 años, renació en la decisión de alcanzar el sueño de vivir de su arte. Aunque le llevó casi tres lustros alcanzar los frutos deseados, su encuentro con la galería Maisterrvalbuena, quienes creyeron en su talento y llevaron su trabajo al circuito de coleccionistas, lo hicieron renacer, tal cual fénix, a los 63 años. Así fue como esa peripecia del destino lo llevó a consolidarse como el artista reconocido que es en la actualidad.

Iniciando su trabajo artístico a finales de los años 80, Sanmiguel Diest se vincula a colectivos artísticos como A Ua Crag (1985-1996) y el Segundo partido de la montaña (1987- 1988). Con una abundante obra, mayormente compuesta de pinturas y dibujos, este automata de la creación metódica, ha creado protocolos y sistemas en los cuales se basa para crear sus piezas, donde entremezcla la imagen y el texto. Palabra por palabra, tal como un amanuense, Sanmiguel Digest, ha desarrollado el gusto por copiar cada letra, recibiendo “vibraciones muy pictóricas” de esta práctica. 

Sanmiguel Diest se ha referido a su trabajo artístico como el “oficio de esquivar”, refiriéndose directamente a la pintura tradicional, y alejándose de ser demasiado clásico. “Al final descubrí que podía ser pintor-pintor sin usar los recursos habituales de la pintura”, comenta Sanmiguel. Aun así, no es difícil encontrar referencias a la historia del arte, la música o la literatura, aunque lo cotidiano, lo rutinario: como facturas, páginas de prensa, notas, se incluyen en sus trabajos con el propósito de destacarlos, y que dejen de estar al margen.

Con entrada gratuita, esta exposición, que estará abierta hasta el 19 septiembre de 2022, es ideal para completar una visitar al hermoso Parque del Retiro de Madrid.

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