Elisa Larrain Real Estate

El lavadero de la fuente vieja en Horche, Guadalajara

El Lavadero de la Fuente Vieja en Horche

El Lavadero de la Fuente Vieja en Horche

El Lavadero de la Fuente Vieja en Horche

Este invierno me aventuré a visitar Guadalajara, una provincia española que forma parte de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, al este de la Comunidad de Madrid. 

Allí me encontré con unos espacios donde el agua cuenta sobre del rol que durante siglos cumplieron las mujeres en la historia. Estos lugares reflejan el cambio que ha dado nuestro estilo de vida en las últimas décadas: los lavaderos públicos.

El lavadero podía acoger hasta a 100 lavanderas

Mucho más que un lugar para lavar la ropa

Es difícil imaginar un tiempo en el cual la función de lavar la ropa era mucho más que seleccionarla por colores, depositarla en un gran tambor de aluminio, incluir el jabón y apretar algún botón. Pero la realidad es que durante milenios mantener la vestimenta limpia era una actividad que englobaba mucho más que eso. Esta acción cotidiana, exclusiva de las féminas, era un acto social en el cual las mujeres de los pueblos se reunían para lavar a mano las prendas en torno a un lavadero municipal, mientras aprovechaban el tiempo para compartir entre ellas, y relatarse los últimos acontecimientos ocurridos en el pueblo. Era una forma de relacionarse entre sus pares, en tiempos en los que no existían espacios destinados a ello. 

En la provincia de Guadalajara hay registrados hasta 300 lavaderos públicos municipales, algunos en mejor estado que otros, y yo estuve en uno de los que está mejor conservado y puede considerarse el más emblemático de la provincia, el Lavadero de la Fuente Vieja, en Horche.

El Lavadero de la Fuente Vieja

El lavadero de Horche, fue construido en 1578, junto a la fuente vieja que data de 1553, tal como lo indica su nombre. Fue erigido originalmente sin techo, pero una reforma que comenzó en 1902 y terminó en 1925, lo dejó totalmente techado. Los lavaderos eran construidos con orientación hacia el sur, para garantizar que la luz y el calor del sol entrara a calentar el recinto, pero medio descubiertos para que el aire circulara, de forma que pudiera ser utilizado durante todo el año, más aún en una provincia con inviernos fríos y veranos calientes, como Guadalajara.

Estos espacios recibían agua desde fuentes naturales, y eran construcciones hidráulicas imprescindibles para sus poblaciones, pues era el lugar donde los jóvenes recogían agua o llevaban al ganado a saciar la sed. Además de ser el espacio de recreo y socialización de las mujeres, estos lavaderos contribuían a mejorar la higiene, al disminuir la transmisión de enfermedades, a través de la limpieza de la ropa.  

El lavadero de la fuente vieja de Horche, posee en su centro una piña con cuatro caños que derraman agua de forma continua al pilón. Forma parte de un conjunto hidráulico formado por varias fuentes, abrevaderos, pilones y es parte fundamental de la memoria histórica de la población. Allí podían aglomerarse hasta cien lavanderas, por lo cual era un lugar donde sus habitantes socializaban diariamente.

Construido en 1578, junto a la fuente vieja que data de 1553. Fue erigido originalmente sin techo, pero una reforma que comenzó en 1902 lo dejó totalmente techado 1925.

Parada allí, en el lavadero, pude imaginar el cotilleo que se producía en torno a sus aguas, mientras aquellas mujeres emprendían la ardua tarea de hacer la colada a mano, o lavar la losa de madera en el barreño, incluso percibí el olor a limpio del jabón de Marsella. Se siente aún en el ambiente lo animado de las reuniones que las mujeres del pueblo hacían para hablar y comentar cualquier noticia o acontecimiento que ocurría en los alrededores.

Lavar los trapos sucios

Expresiones como “lavar los trapos sucios” para hacer mención de criticar a otros, o aquella de “hay ropa tendida” para alertar la presencia de oídos inocentes o no deseados, surgieron de estos espacios, y han traspasado la barrera del tiempo para continuar inmortales como parte de nuestro vocabulario diario. 

Muchos ayuntamientos españoles están comenzando a trabajar en la recuperación y rehabilitación de estos lavaderos que guardan siglos de historia, pues han comprendido el gran valor turístico e histórico que tienen estos espacios, a los cuales aún algunos vecinos acuden a lavar sus prendas, sobre todo las de gran tamaño.

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Con más de dos décadas en el mundo inmobiliario, soy una apasionada de las innovaciones en arquitectura que aportan sostenibilidad. Quiero contribuir a crear una nueva forma de pensamiento, que aumente la empatía por proyectos inmobiliarios, que sean más amables con el medio ambiente, y tengan por objetivo la mejoría de la calidad de vida de sus futuros habitantes. 

Elisa

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